Papa Francisco, sobre la COVID-19: “La tempestad dejó al descubierto, una vez más, esa bendita pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos”

Su Santidad el Papa Francisco publicó este domingo su tercera y, por ahora, última encíclica titulada Fratelli Tutti (hermanos todos), en la que casi toda la atención ha recaído sobre la pandemia del COVID-19, del que ha destacado que “la fragilidad de los sistemas mundiales frente a la pandemia ha evidenciado que no todo se resuelve con la libertad de mercado”.

Asimismo, ha dedicado unas especiales palabras a uno de los colectivos que peor lo han pasado en estos meses: nuestros mayores. “Vimos lo que sucedió con las personas mayores en algunos lugares del mundo a causa del coronavirus. No tenían que morir así, pero en realidad algo semejante ya había ocurrido a causa de olas de calor y en otras circunstancias: cruelmente descartados. No advertimos que aislar a los ancianos y abandonarlos a cargo de otros sin un adecuado y cercano acompañamiento de la familia, mutila y empobrece a la misma familia. Además, termina privando a los jóvenes de ese necesario contacto con sus raíces y con una sabiduría que la juventud por sí sola no puede alcanzar”.

También ha reivindicado la necesidad de remar todos en la misma dirección, de convertirnos en uno para superar esta situación: “Recordamos que nadie se salva solo, que únicamente es posible salvarse juntos. Por eso dije que “la tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Con la tempestad se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa bendita pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos”.